sábado, 31 de octubre de 2009

La felicidad

Hoy cuestiono esa creencia utópica para algunos, tal ingenuidad para otros, eso que buscamos todos, y encuentran pocos.
Hoy cuestiono eso que no se sabe definir, sabiendo que yo tampoco podría decir bien algo concreto. Mis palabras sobrarían o faltarían, pero no la abarcarían.


...Se dice que reiremos medio millón de veces en toda nuestra vida, pero en realidad no creo que ese dato defina plenamente nuestra felicidad.
¿De que sirve una cara feliz cuando en el fondo no se esta contento?
...Quizás solo para escapar de preguntas incómodas, tragar llanto y otras cosas más (como no quedar mal o fingir ser quien no se es). Y es que cuando llegamos a cierta edad nos preocupamos por ese tipo de cosas que no nos sirven de nada, limitamos nuestra felicidad a conceptos ajenos y buscamos conceptos para todo.
Buscamos la felicidad, sin saber donde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una ...pero a veces la razón no siempre tiene una razón...
Muchas otras veces también, nos sentamos cómodamente a esperar la felicidad como nos gustaría que llegara (un día cualquiera, envuelto con un gran listón muy colorido) y somos tan tercos q nos detenemos por ese hecho creado por nuestra imaginación que siempre espera un buen futuro, sin darnos cuenta que eso no nos deja ver el regalo del hoy, porque a veces eso que queremos, no llega como lo esperamos.
La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues consiste en ser libre y no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Es una estación de parada en el camino entre lo demasiado y lo muy poco, es tan complicada y a la vez tan simple que podemos encontrarla en pequeñas cosas, como juegos, sonrisas, detalles o simplemente dar. Como también en toda una vida, llena de tropiezos y de emociones, porque de nada nos sirve llegar a la cima de la montaña sin haber disfrutado el camino. Aunque existan los tropiezos a veces son indispensables, ya que la dicha monótona se aleja de la felicidad y a veces necesitamos tocar el fondo del pozo mas oscuro para poder apreciar bien la luz de las cosas y disfrutarlas ya que el hombre, por lo común, sólo sabe reconocer su felicidad en la medida de la desgracia que ha experimentado.

En estos tiempos todos buscamos definiciones lógicas para decir que las cosas existen, si tienen derecho a ser consideradas o no, pero hay tanto que sin entender, lo sabemos. Y es que hace un tiempo, pensaba en cosas más efímeras e infantiles (casi como ahora) pero sé que fui feliz, fui rica con diez céntimos, disfruté mas del segundo diente que del primero, con muñecas, taps, pókemons, patines, caricias de mamá, palabras de papá y muchas cosas más.
Y sin darme cuenta, de repente caí en cuenta de cuan feliz soy y cuanta desdicha cargamos al no ver que el día mas perdido es aquel en el que no hemos reído.
Un bebé rie 400 veces diarias, un adulto sólo 20.

Finalizo diciendo que no estoy en búsqueda de una definición que aún esta en proceso, de nada sirve limitarse, cuando todo cambia en un segundo y tenemos la oportunidad de encontrar la felicidad en cada espacio del mundo y del tiempo.
Después de todo, la felicidad se justifica por si sola.

SE FELIZ .

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